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Cómo funciona la burbuja del PGA TOUR

Jay Monahan y su equipo mantienen aislados a los jugadores del COVID-19

C

uando el PGA TOUR anunció el reinicio de la temporada, las más importantes organizaciones deportivas voltearon hacia Jay Monahan, el comisionado del PGA TOUR, la principal institución de golf del mundo, para ver cómo enfrentarían la pandemia del COVID-19.

La decisión de reunir de nuevo en un club de golf a más de un centenar de jugadores y sus respectivos caddies, así como al personal de la cadena de televisión y de la misma PGA TOUR, era un reto. Se tenía que crear una logística muy precisa —una burbuja—, donde todos estuvieran seguros de no contagiarse de COVID-19.

Durante los meses de inactividad de la gira, Jay Monahan se reunió con los jerarcas de otras organizaciones del golf, representantes de los jugadores, directores de torneos, médicos y especialistas, para crear el Plan de Salud y Seguridad del PGA TOUR.

LISTOS PARA EL CAMPO DE BATALLA

Una vez tomada la resolución de reiniciar la gira, los jugadores empezaron a recibir en sus hogares las pruebas médicas de detección del COVID-19.

 

Quienes resultan negativos, están autorizados para viajar a las ciudades sede del PGA TOUR, y junto con sus caddies, son citados en un aeropuerto, y transportados en un vuelo chárter; quien tenga un jet privado, puede hacerlo por su cuenta, e incluso en automóvil.

Al arribar al aeropuerto, jugadores y caddies son recibidos en autobuses y trasladados al hotel sede, previa reservación de pisos completos del mismo.

 

Los alimentos son servidos en un salón aislado del mismo hotel, o se puede solicitar el servicio en la habitación.

Antes de ingresar al campo de golf, a cada jugador y caddie le es aplicada una —molesta— prueba de detección de COVID-19, que consiste en la introducción, por la nariz, de un hisopo de varios centímetros de largo, para tomarles una muestra, la cual es enviada para su análisis. Así acontece los días previos y de actividad oficial del torneo.

Jay Monahan reconoce la importancia de seguir el protocolo por parte de los jugadores, por eso aseveró que habrá repercusiones a quien no lo siga, aunque no entró en detalles sobre las consecuencias. “Todos saben, y necesitan saber, que el futuro de la gira, la capacidad de mantener este negocio con el cual creamos empleos, depende de nosotros”, declaró Jay Monahan.

Recientemente, el Plan de Salud y Seguridad del PGA TOUR fue actualizado con el apoyo de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos. Por ello, el jugador o caddie que dé positivo por COVID-19, pero que no ha tenido ningún síntoma, puede regresar a la competencia si devuelve dos resultados negativos, con un mínimo de 24 horas de diferencia.

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